JOSE LUIS CASTÁN PEREZ.

Nace un 6 de febrero de 1.955. Desde muy joven siempre manifestó un gran interés por la música. Fue antes de terminar sus estudios de Magisterio, especializándose en didáctica musical. hacer cuatro cursos en el Conservatorio de Música de Madrid, cuando se definió y se entregó en cuerpo y alma a la música de Dulzaina.
Muchos años de arduo trabajo, de silencio, recuperando, rescatando y revolviendo en la memoria de sus antepasados le llevaron, junto a Vicente Vega y otros compañeros, a fundar la Revista Resina.
Los primeros comienzos de aprendizaje de este instrumento los realiza con Jonás Ordóñez. Pero será Daniel Esteban quien más le mareará, haciendo que descubra el duende de la Dulzaina. El fue su maestro y amigo, le abrió su casa y su corazón. Siempre tiene también palabras de agradecimiento para muchos de los dulzaineros antiguos castellanos: Agapito Marazuela, Gregorio García y su hermano Vicente, Serafín Vaquerizo y Santiago Matey, Librado Rogado, Jesús García, Félix Sánchez y su hermano Teo, a quien tanto admiró.
Se traslada a vivir a Madrid. Ligero de equipaje, como siempre va por la vida, entra en contacto con el mundo de la música de raíz. El panorama que encuentra en el entorno del aprendizaje de la Dulzaina es más bien pobre y desesperanzador. Y comienza a tomar forma una idea que llevará a la práctica: la creación de la primera escuela de Dulzaina de Madrid.
Organiza encuentros, conferencias y conciertos para ampliar y aglutinar a toda una serie de entusiastas y futuros dulzaineros. Allí encontró a una de las personas que más le han ayudado a emprender y entender la MUSICA con mayúsculas: Cayetano Morales amigo y compañero de viaje de mundos todavía no hechos realidad.
Siempre ha tenido espacio y tiempo para dedicar y entregar a su pueblo ilusiones y trabajo. Junto con Vicente Sanz, y apoyados por el Ayuntamiento, crean el Certamen de "Tierra de Pinares". En estos momentos vamos ya por el XXI. El éxito y participación de la gente definen el buen rumbo que lleva este certamen de Dulzaina.
La experiencia que le aportaba la Escuela de Fuencarral, le dio fuerzas para emprender otro proyecto más ilusionante: la creación de una Escuela de Dulzaina en su pueblo y que hoy esta se encuadra dentro de otra idea mas amplia, hecha realidad: Escuela de Música Tradicional "Tierra de Pinares". Y todo ello debido al trabajo silencioso y desinteresado en el campo de la pedagogía musical, animando, motivando y desarrollando la creatividad de los alumnos, tratando de que cada uno encuentre su sitio en la vida.
La grabación es uno de los objetivos marcados por ellos.
Hoy lo vemos hecho realidad.
Desde aquí, aprovechando esta la oportunidad de presentar a estos dos amigos, quiero pedir a mis paisanos, al pueblo de Aldeamayor, que hagan todos los esfuerzos posibles, que son muchos y los ponen, para no dejar que estas dos personas dejen de trabajar en este campo tan hermoso. Sé que a ellos Ies cuesta mucho seguir adelante, a vosotros os pido que les ayudéis.